Qué dura es la vida a veces, qué difícil es… cuanto más intentas más fallas, cuanto más quieres más te hieren, pero también, cuanto más te aman más frío eres.
Son cosas que nunca podré entender, porque en ese camino al que llamamos vida, no solo nos hieren, sino que también herimos, lastimamos, lo hacemos sin querer o, algunas veces, egoístamente queriendo.
No voy a juzgarte y, mucho menos, a señalarte.
Somos seres humanos y erramos, nos equivocamos, y es a partir de nuestros propios errores que aprendemos a conducir nuestra propia vida.
A veces lo hacemos bien y a veces lo echamos todo a perder.
Sé que has herido, sé que has lastimado, pero también sé que detrás de todo ello hay un corazón herido, una vida en mil pedazos que intenta recomponerse, que intenta recuperarse y en su intento, suele llevarse a muchas personas en el camino.
Y sabes de lo que hablo, por eso este mensaje es para ti.
A ti que has sido herido, a ti que has sido herida y aún, con el tiempo encima, no has podido recuperarte.
Hoy quiero compartirte algo muy importante, algo que estoy seguro te ayudará, no sé si mucho o poco, pero estoy seguro que moverá algo en ti.
Y si llegaste a este escrito, créeme, no fue ninguna casualidad.
Allá arriba quieren decirte algo y, quizás, este sea el medio de hacerlo.
Así que presta atención y abre tu corazón.
Hay varios tipos de personas en la vida, los que quieren inconscientemente y los que lo hacen sin medir.
Mario Benedetti dijo una vez: Es curioso como a veces se puede llegar a ser tan inocente mente cruel.
Y es que la gente suele hacer daño en el intento de sanarse a sí mismos, sin entender que no tuviste la culpa.
Es tan fácil herir o lastimar y tan difícil curar el daño, que después que te hieren casi nunca vuelves a ser el mismo, ni la misma.
Cuando nos lastiman lo mejor que podemos hacer por el bien de nosotros mismos es alejarnos, y más cuando la persona no se arrepiente del daño que causó.
Alejándonos podemos evitar que vuelva a pasar, es complicado cuando apreciamos demasiado a esa persona… yo sé, sé que cuesta alejarse, pero cuando ellos no sienten lo mismo y nos hieren, debemos de pensar en lo que es mejor para nosotros.
Nunca debemos convertirnos en víctimas solo por querer estar al lado de alguien que no nos quiere y mucho menos nos ama.
Valemos demasiado como para dejar que hagan lo que quieran con nuestros sentimientos, con nuestro corazón, con nuestra vida.
No es justo estar proporcionando la felicidad a alguien, cuando lo que nos brinda, es absolutamente todo lo contrario a nuestra vida.
Por eso aprende olvidar a alguien en un simple paso: no lo nombres nunca más.
A veces se tiende a creer que las heridas solo pueden realizarlas una pareja, pero no, un familiar, un amigo también te puede lastimar y dañar, y romperte el corazón en mil pedazos.
Si tan solo supieran lo mucho que duele cuando haces todo para que esa persona se sienta especial, y que te trate como si no importaras…
Hay que aprender a ser agradecidos, no todos los días encontramos personas sinceras que nos quieran sin esperar algo a cambio, simplemente, que les guste estar a nuestro lado.
Yo sé que cuando estás herido o herida las cosas se tornan grises, los días pasan lentos y sientes como que la vida no va a mejorar.
Te pueden decir miles de palabras de aliento y, créeme, ninguna funciona.
Y es que, en esos momentos, lo último que deseas, son los típicos sermones de que todo estará bien; porque solo quieres estar solo y sola para llorar y pensar en cómo saldrás de esta.
Y sabes a lo que me refiero porque quizás es justamente cómo te sientes y te has sentido durante todo este tiempo.
Déjame decirte que una herida puede cicatrizar, no importa qué tan grande o qué tan profunda sea, si la tocas mucho puede que deje marca, pero si la dejas tranquila, con el tiempo, sanará.
Hay personas que pueden durar años sufriendo por la misma herida, por la misma persona, por el mismo error, y es que el tiempo tarda, pero funciona.
No todo el mundo tiene la misma capacidad de seguir adelante como si nada hubiese pasado. Porque están los que no saben cómo empezar de nuevo, los que se hieren ellos mismos de tanto pensar y pensar, pero también están los que están dispuestos a dejar todo atrás y continuar la vida, en búsqueda de su propia felicidad.
Y hoy, esta noche, tú decides cuál quieres ser.
Pero por favor, si algo te puedo pedir de corazón, es que no te conviertas en quien te hirió, nunca lo hagas.
Si el mensaje te gustó, te ayudo y movió algo en ti, por favor házmelo saber a través de tus comentarios.
Saber que pudo ser de gran ayuda siempre será nuestra gran motivación para seguir compartiéndote de corazón estos mensajes, que más que mensajes, son palabras que necesitas leer, palabras que sanan, palabras que abrazan, palabras que curan y tranquilizan un corazón herido.
Gracias por ser y estar, pero, sobre todo, gracias por formar parte de este hermoso lugar.
Esta noche deseo paz para tu alma y tu corazón, amor y seguridad en cada paso que des en tu vida, porque te irá bien y estarás bien porque no estás solo ni sola.
Texto original de Sergio Melchor