Hace solo tres años de su fundación, pero en ese tiempo Nothing ya ha puesto en el mercado más de un millón y medio de dispositivos, la mitad de los cuales corresponden al Nothing Phone (1), el novedoso concepto de smartphone presentado por la compañía el año pasado.
Podríamos decir que aquél primer teléfono fue una especie de prueba de fuego para Nothing. Un diseño rompedor, una carcasa parcialmente transparente y una nueva interfaz, llamada Glyph, basada en secuencias de luces que se apagan y se encienden en la parte trasera, añadiendo al móvil toda una serie de funcionalidades inéditas hasta el momento.
Sin embargo, y a pesar de su aspecto espectacular y de su innegable atractivo, el Phone (1) fue muy parco a la hora de incluir componentes. Un procesador modesto, una batería digna, pero corriente, un sistema de cámaras correcto, pero sin brillo… En definitiva, un terminal de gama media muy justito, en general superado por la competencia y cuya principal apuesta se basaba únicamente en su revolucionario diseño.
A pesar de ello, la prueba fue un éxito, y así lo demuestran los más de 750.000 terminales vendidos hasta la fecha. Nada mal para una marca totalmente nueva y desconocida para la gran mayoría de los consumidores.
Pero ha pasado un año y llega la hora de la renovación. Y esta vez hay que decir que Nothing ha hecho bien los deberes. De hecho, y aparte de potenciar sus funciones exclusivas y añadir toda una batería de posibilidades a su interfaz luminosa Glyph, el resto de los componentes del nuevo Nothing Phone (2) están a la altura de lo esperado. En conjunto, estamos sin duda ante un terminal que puede incluirse sin problema entre los ‘tope de gama’, la gama alta de la telefonía móvil.
Componentes aparte, cabe destacar que, una vez demostrado hace un año el éxito de su diseño de hardware, una de las principales apuestas de este nuevo modelo ha recaído sobre el software. El año pasado, Nothing estaba compuesto por unas 150 personas. Ahora son 450, y 100 de ellas forman el equipo de desarrollo de software. Sobran las palabras.
Aspecto similar, pero…
Pero veamos. Por fuera, el dispositivo recuerda mucho, muchísimo, al anterior, aunque se pueden apreciar algunas diferencias. En la parte trasera, por ejemplo, el vidrio está ligeramente curvado. Y los marcos alrededor de la pantalla (fabricados con aluminio reciclado) son más delgados. Al tacto, las texturas se aprecian mejor, produciendo una sensación muy agradable al sujetar el teléfono en la mano. Y si nos fijamos bien, el color de la trasera ya no es tan oscuro, y tiende a un gris claro.
Lo que sí cambia es la interfaz Glyph. Ahora los tramos de luz ya no son tan contínuos, sino que están divididos en más segmentos, lo que permite incluir más funciones y tipos de notificaciones. Por ejemplo, ahora Glyph puede usar las luces como un temporizador y se pueden llevar a cabo cuentas regresivas, con la luz descendiendo poco a poco hasta desaparecer. O incluso saber, por el mismo sistema, lo cerca que está el coche de Cabify o el pedido de Uber Eats que hemos hecho online. La luz irá indicando cuánto le queda al conductor, o al repartidor, para llegar hasta donde nos encontramos. La integración con más empresas y servicios irá llegando poco a poco. Igual que en el modelo anterior, podremos utilizar la parte trasera del móvil como linterna, iluminando a la vez todos los segmentos de luz.
Un nuevo software, Glyph Composer, permite ahora componer y activar diferentes combinaciones de luz y sonido para crear las que más nos gusten. Incluso podremos componer nuestros propios tonos de llamada. o, por supuesto, optar por los que ya están incorporados de serie el terminal, creados por grupos y músicos de todo el mundo.
Misma cámara, mejor software
Igual que en el anterior Phone (1), para fotografía disponemos de un sistema de doble cámara trasera y una cámara frontal. El sensor principal, de 50 megapíxeles, es un Sony IMX 890, con apertura f/1.88 y píxeles de un nanómetro que viene acompañado por un ultra gran angular (Samsung JN1), también de 50 megapíxeles, con apertura f/2.2 y campo de visión de 114 grados. La cámara frontal, con un sensor Sony IMX 615, es de 32 megapíxeles y tiene una apertura de f/2.45
Pero los auténticos cambios no están ahí, sino en el software. Gracias a un procesador de señal de imagen (ISP) de 28 bits, el nuevo móvil es capaz de capturar con su cámara hasta 4.000 veces más datos que el modelo anterior. Datos que el sistema de Inteligencia Artificial del dispositivo puede usar para obtener imágenes más claras, más coloridas y más realistas. Su HDR avanzado, además, captura en cada disparo la misma escena en 8 fotogramas diferentes (el Phone (1) solo capturaba tres), cada uno con un distinto nivel de exposición y en formato RAW. De este modo, el sistema selecciona automáticamente los mejores detalles de cada fotograma y los fusiona en una única imagen final. El resultado es francamente bueno y permite capturas de gran calidad prácticamente en cualquier condición de luz.
Las cámaras también incluyen la tecnología «Motion Capture 2.0», basada en algoritmos inteligentes que detectan con precisión y en tiempo real a los sujetos en movimiento. Lo cual garantiza que todos los detalles estén bien enfocados. Finalmente, un 2X Super-Res Zoom se ocupa de mantener la calidad en ampliaciones y las fotos a distancia.
En cuanto al vídeo, el nuevo Phone (2) permite hacerlos en calidad 4K a 60 fps (sólo con la cámara principal). El móvil dispone de un modo acción que funciona junto a los estabilizadores de imagen (EIS y OIS) y compensa los movimientos o la vibración involuntaria de nuestra mano, mostrando siempre escenas bien grabadas.
Pantalla
Esta excelente capacidad fotográfica necesita, evidentemente, de una pantalla capaz de sacarle partido a las imágenes que hagamos con el móvil. Y la del Phone (2) supera el corte con nota. Estamos, en efecto, ante un panel OLED flexible de 6,7 pulgadas, HDR10+, una resolución de 2.400 x 1.080 píxeles y un brillo máximo de 1.600 nits. La tasa de refresco es adaptativa y alcanza los 120 Hz, mientras que la frecuencia de muestreo es de 240 Hz. La pantalla, igual que la parte trasera del terminal, también de cristal, está protegida contra golpes y arañazos por Corning Gorilla Glass 5.
Potencia y batería
El procesador elegido por Nothing para su nuevo smartphone no podía ser mejor. Se trata de un Snapdragon 8+ Gen 1, y aunque es cierto que ya está en el mercado el 8 Gen 2, la versión Plus del Gen 1 garantiza la máxima potencia y el máximo ahorro de batería. El rendimiento del terminal, hasta un 80% superior al del anterior Phone (1), y la apertura de las aplicaciones en la mitad de tiempo, dejan bien clara la diferencia. El procesador, además, es responsable de un buen número de las mejoras que hemos visto en el apartado de fotografía.
En cuanto a la batería, es de 4.700 miliamperios y puede cargarse por completo en 55 minutos gracias a su carga rápida de 45W. En este aspecto quizá se habría podido adoptar un sistema más avanzado, ya que muchas otras compañías permiten desde hace tiempo cargar el móvil al 100% incluso en menos de 15 minutos.
Nuevas funciones
Como ya se ha dicho, el equipo de Nothing, esta vez, ha apostado muy fuerte por el software. Y eso se nota nada más encender el terminal y dejarse llevar por su característica y elegante interfaz visual. Los amantes del Android puro, desde luego, tendrán que buscarse otro teléfono, pero lo cierto es que la nueva capa de personalización Nothing OS 2.0 pone a disposición de los usuarios toda una serie de funciones únicas, imposibles de encontrar en cualquier otro móvil. Además, según el fabricante es más rápida y ocupa menos memoria.
Destaca su pantalla principal monocromática, en la que los widgets y logotipos de las apps apenas llaman la atención. Totalmente personalizable, desde el diseño de la cuadrícula al tamaño del widget, estamos ante una interfaz elegante y que permite agrupar las apps en carpetas, y definir después el tamaño y el diseño de cada carpeta para tener a mano lo que más necesitamos.
En resumen, un smartphone en el que cada detalle se ha cuidado al máximo y que no se limita a ‘vender’ un diseño futurista y una interfaz novedosa, sino que incorpora también las tecnologías más punteras de la telefonía móvil. Desde luego, el nuevo Nothing Phone (2) le permitirá destacar en sus círculos familiares y sociales, pero además se comportará de forma solvente en cualquier tarea que queramos hacer con él.
En cuanto a las versiones y precios, son los siguientes: 8 GB +128 GB, 649 euros; 12 GB +256 GB, 699 euros; y 12GB + 512 GB, 799 euros.