W.Cuando sentimos angustia por dolor físico o confusión emocional, a menudo recurrimos a nuestros seres queridos en busca de apoyo y comprensión. Sin embargo, cuando nuestra pareja no logra validar nuestras emociones, podemos sentirnos aislados y resentidos, e incluso podemos cuestionar la solidez de la relación.
Como persona generalmente educada, Mary* a veces sorprendía a su pareja, Susie, gritándoles a otros conductores. Susie sintió que las reacciones de Mary eran innecesariamente agresivas y algo embarazosas cuando estaban juntas en el auto. Sin embargo, Mary consideró que las súplicas de Susie de mantener la calma eran críticas e invalidantes.
Robert quería que su pareja lo consolara cuando regresaba del trabajo contándole historias de colegas difíciles. En lugar de eso, Sally se lanzó a la resolución de problemas: “Deberías comunicarte con más claridad, plantearle esto a tu gerente o establecer mejores expectativas”. Esto dejó a Robert sintiéndose incomprendido y solo en sus luchas.
Mientras entrenaba para su primera media maratón, Claudia contrajo gripe, lo que la dejó en cama durante dos semanas. Claudia, una persona extremadamente decidida y enérgica, estaba angustiada por no poder alcanzar sus objetivos de carrera y frustrada por no poder mantenerse activa. En lugar de ofrecer empatía y comprensión, Mark desestimó su angustia y dijo: «Es sólo la gripe». Luego se fue de viaje de trabajo, dejando a Claudia sola con su enfermedad y el dolor emocional por su despido.
¿Cuál es el punto en común de estas diferentes parejas? Mary, Robert y Claudia querían ser escuchados, comprendidos y aceptados por sus socios en lugar de juzgarlos o descartarlos. Los psicólogos llaman a esta comprensión empática “validación emocional”.
Comprender la validación de las emociones
La validación emocional es el proceso de reconocer, comprender y aceptar la experiencia emocional de otra persona. Implica tener empatía por la otra persona y comunicar que sus emociones son válidas, razonables y comprensibles dadas las circunstancias.
Es importante enfatizar que la validación no significa necesariamente estar de acuerdo; es la validación de lo emocional experiencia (“Entiendo completamente por qué te sientes frustrada por no poder correr, Claudia”), no necesariamente las acciones o el comportamiento.
Si se hace bien, investigaciones consistentes han encontrado que la validación emocional neutraliza y disminuye las respuestas emocionales intensas (como los arrebatos de ira de Mary mientras conduce) y allana el camino para relaciones sólidas y saludables.
Algunas personas tienen una habilidad natural para la validación, probablemente porque tuvieron buenos modelos a seguir mientras crecían. Pero muchos de nosotros necesitaremos aprender a validarnos, especialmente en las relaciones íntimas. También es una habilidad que requiere práctica; podemos oxidarnos o, a veces, sentirnos complacientes con nuestros seres queridos.
Entonces, para Claudia, Robert y Mary, ¿qué les ayudó a mejorar esta habilidad e involucrar a sus compañeros en la práctica?
Flexionar el músculo de la validación emocional
Existen tres habilidades principales para fortalecer la validación emocional: empatía, comunicación abierta y autocuidado.
Para lograr los dos primeros, recomendamos estos pasos:
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Dale a tu pareja toda tu atención. Demuestre que está escuchando a través de su lenguaje corporal, por ejemplo, inclínese hacia adelante, asienta con la cabeza y mantenga una postura abierta.
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Mantenga el contacto visual y use gestos de cabeza y estímulos verbales como «ajá» mientras muestra su interés.
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Reconocer y verbalizar la emoción que se expresa. Etiquete la emoción de manera tentativa y abierta. Para Robert, fue escuchar a Sally sugerir: «¿Parece que te sientes realmente frustrado?» “¿Y tal vez también decepcionado?”
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Legitima la emoción observando por qué tiene sentido dadas las circunstancias. Para Mary, escuchar a Susie reconocer que “es comprensible sentirse incómoda por la forma en que conducía esa persona” ayudó a calmar su ira.
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Demuestre que comprende la profundidad de la emoción y su complejidad, si corresponde. Claudia se sintió reconfortada por los intentos de Mark: “Sólo puedo imaginar lo doloroso y complicado que debe ser esto para ti”.
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¡Dale tiempo de validación para trabajar! Reducir la angustia lleva tiempo; No es un ejercicio que se hace una sola vez. Deje que la calma penetre antes de intentar resolver cualquier problema o «seguir adelante», y hablen entre ustedes: ¿cómo se sienten ahora? ¿Te sientes comprendido? ¿Qué más necesitas de mí?
Cuando estamos atrapados en la angustia, puede resultar difícil pensar qué hacer para calmarnos. Luego, para facilitar la tercera habilidad de validación de emociones, el autocuidado futuro, se pidió a cada persona que generara una lista de cosas que encuentran calmantes y reconfortantes, algunas cosas que pueden hacer solas o algunas con otra persona. Para Mary, esto era trabajar sola en el jardín y comer juntos. Robert experimentó un alto nivel de cuidado personal mientras andaba solo en bicicleta de montaña y escuchaba música clásica con Sally. Para Claudia, leer sola impulsó su cuidado personal, al igual que asistir a una clase de yoga con Mark.
Poniéndolo en práctica
Para prepararnos para el futuro, invitamos a nuestras parejas a practicar juntas regularmente la validación emocional y a elegir experiencias con menos carga emocional para poner a prueba sus habilidades y mejorarlas antes del próximo trastorno emocional más desafiante.
Sentirnos conectados con nuestros seres queridos nos proporciona un poderoso amortiguador protector cuando atravesamos momentos difíciles. Estas relaciones, particularmente con nuestras parejas románticas, sirven como fuente de consuelo, apoyo y seguridad emocional. Al validar los sentimientos y experiencias de los demás, fomentamos un sentido más profundo de comprensión, confianza y amor, los cimientos sobre los que se construyen relaciones sólidas y saludables.
*Los nombres y detalles han sido cambiados.